miércoles, 30 de julio de 2014

Ayudar y ser ayudados


¿Alguna vez has ayudado a alguien?

  ¿Alguna vez te han ayudado a ti en algo?


Creo que la respuesta en ambos casos es rotundamente sí. Todos a lo largo de nuestra vida hemos tenido la suerte de ser ayudados o el privilegio de ayudar a otro que lo ha necesitado.



Pero ¿porqué hay veces que nos cuesta tanto hacerlo? Hay ocasiones en las que nuestro orgullo nos impide pedir ayuda, incluso aunque lo necesitemos realmente, hay veces en que alguien se acerca a prestarnos ayuda y lo rechazamos. Hay personas que piensan que eso no es digno, que una labor o un problema lo tenemos que solucionar cada uno por nuestra cuenta. Pero no. Por suerte eso no es así y por eso vivimos dentro de una sociedad donde hay cientos de miles de personas con las que poder aprender ésto. Incluso, me atrevo a decir, que es parte de lo que tenemos que instaurar para continuar con nuestro proceso evolutivo.

Cuando tienes una oportunidad de ayudar a alguien, hay una parte de tí que
recibe una gran recompensa. Te entregas a las necesidades de otra persona para tratar de que su proceso sea más fácil o más llevadero. 

Cuando hablamos de recibir ayuda, es un regalo que nosotros mismos nos estamos abriendo a recibir.
Debemos estar seguros de que si pedimos ayuda va a aparecer dicha ayuda en nuestra vida. Sólo tenemos que estar receptivos y confiados de que la vamos a recibir. 

A veces sentimos que hemos ayudado a una persona a hacer alguna cosa que era importante para ella, y luego, llega un momento en que nosotros necesitamos ayuda. No tiene por qué ser la misma persona a la que nosotros ayudamos en el pasado la que nos devuelva ahora el favor. 
Tenemos que saber una cosa importante, cuando pedimos ayuda, vendrá la mejor ayuda que debamos recibir, y a veces viene de fuentes insospechadas. 
A lo mejor en ese momento tú eras la mejor ayuda para esa persona, para tu amigo, pero ahora tu amigo no es la mejor ayuda que podrías recibir. Así que no te enfades si siempre ayudas a unas personas y esas personas nunca te ayudan a ti. Probablemente recibirás la ayuda que necesites por otras vías, de otras personas, o de otros planos, que son la mejor ayuda para tu condición.

Ayudar es parte de nuestra evolución. Saber que todos somos lo mismo, entender que la ayuda emana del corazón, que hace que nos acerque los unos a los otros. Que hace que entendamos que todos tenemos nuestros momentos en que pedimos ser ayudados. Y sobre todo, y algo muy importante. Nunca mirar por encima del hombro a alguien que puedes ver en una condición pésima, porque nunca sabes si en algún momento de tu vida te vas a encontrar tú en una situación similar, y vas a ser tú quien necesite la ayuda. Si ves a alguien que está muy mal y está pidiendo ser ayudado, simplemente ayúdale en lo que puedas. Tu alma va a recibir mayor recompensa que la que esa persona pueda estar recibiendo.
Ésto es lo que sería la Ley de Causa y Efecto. Si yo doy, yo recibiré. Si yo ayudo a alguien, yo seré ayudado. 

Ahora, lo más importante de todo es: respetar a la persona que no quiere ser ayudada. No empeñarnos en "salvar" a nadie que no lo ha pedido, por muy cercano que sea, por muy mal que lo veamos, por mucho dolor que pueda estar experimentando. Hay que respetar el libre albedrío de cada persona, y cada uno venimos a aprender una cosa.

 

@MartaMartinArte
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por compartir tu opinión y experiencia.